Los voluntarios de Cáritas, una cadena interminable de solidaridad

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Amparo Goñi: “Aquí  colaboras con la gente necesitada. Yo me siento muy a gusto”El voluntariado en Cáritas es esencial. Es el que  da la identidad a la institución:  llevar a cabo la misión de la iglesia de atender a las personas en exclusión.

Sin ellos muchos proyectos de Cáritas serían inviables. Un buen ejemplo es el caso de Tómbola,  72 años de voluntariado y solidaridad ininterrumpidos. Unos voluntarios se retiran, otros llegan, unos convencen y animan a otros y así se van sustituyendo. Pero cada año unos 150 voluntarios atienden la Tómbola durante los 50 días que permanece abierta.

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Amparo Goñi en las instalaciones de Cáritas San Antón

Nos lo cuenta Amparo Goñi. Ella empezó en Tómbola en 2003 porque una amiga le animó. Le dijo “hace falta gente en Tómbola”. Y allí que fue.

Al año siguiente Amparo animó a su marido y así desde 2003, animando y convenciendo a gente para que colaboren en este Proyecto de Cáritas. “Este año se lo he dicho a una amiga que colabora conmigo en la Hospitalidad de Lourdes (llevan a los enfermos a Lourdes), también a otra amiga, y estoy tratando de hacerlo con varios de mi cuadrilla. Les digo, ¿Tenéis tiempo? Venid a colaborar con Tómbola, que es muy bonito.

“A mí me llena y me satisface mucho”.

“Tu das lo tuyo”, asegura,”pero al final siempre recibes más de lo que das. Hay que aguantar bastante, pues no debemos olvidar que los voluntarios, en la Tómbola, somos la cara visible de Cáritas y, a veces nos dicen cosas que no nos gusta, pero yo procuro buscar el lado positivo y de verdad, me llena de satisfacción”.

Este año Amparo Goñi, voluntaria y además miembro de la Junta de Tómbola está colaborando en el Control de premios, pero el trabajo que más le gusta es el de vender boletos. “Me encantaba vender boletos… pero voy donde manden. Ahora me toca control de premios… contenta también. Generalmente estoy todos los días desde las 17h hasta el cierre y miércoles y domingos también por las mañanas. Y en Sanfermines, por la mañana y por la tarde, hasta el cierre. Me gusta mucho y no me importa, no me canso, me encanta poder estar al servicio de los demás”.

Voluntaria y trabajadora incansable, aunque ella opine que no, dedica una gran parte de su tiempo a los demás. Ahora puede hacerlo porque ahora está jubilada y un poco más libre:  “Ahora tengo tiempo, mis nietas son más mayores y puedo comprometerme. Siempre he sido muy activa. Colaboro en la parroquia, en catequesis, en la Hospitalidad de Lourdes, en Nuevo Futuro….

Cuando empecé en Cáritas no conocía mucho el funcionamiento, pero me encanta y me gusta mucho su filosofía.

Aquí colaboras y colaboras con la gente necesitada. Yo me siento muy a gusto.

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